Mi viaje

Si hay algo para trabajar en esta vida, entonces es, en los sueños.
Los sueños que sean y que transiten hacia la luz y la tierra. Que trasciendan y que sean siendo.
Yo sueño con un viaje a la plenitud desde el servicio. Desde el camino de ayudar a los demás. Y encontrando en ello mis propias enseñanzas.
Tengo un vínculo hermoso y es el más importante, que es, el mío conmigo. Que me muestra lo humana que soy y las partes mías que necesitan sanar. Y activamente voy hacia eso, sin prisa pero sin pausa.
Este viaje tiene lomas de burro, pozos, a veces pincho, a veces voy acompañada y otras sin compañía. A veces río y otras lloro.
Y acepto que tengo momentos de felicidad y otros de tristeza, miedo, y enojo. Y ese combo asusta.
Cómo puede ser que alguien sepa que va a estar triste enojada o con miedo con tanta soltura? Qué es ese descaro?
Tengo limitaciones también… Lugares intrascendidos que sigo trabajando. Y esos también despiertan opinión. Cómo puede ser que andes mostrando la herida? Cómo no la sanaste?
También, tengo formas diferentes a los demás. Creanlo o no, viajo lento. Huelo la tierra, me quedo escuchando los pájaros, piso el pasto con los pies descalzos. Escucho música emotiva, escribo sobre lo que siento, me encanta quedarme viendo películas a la noche, toco todo lo que me despierta curiosidad, hago sofá e investigo lo que es nuevo y me gusta.
Así como me muestro abierta a esas experiencias, soy muy cerrada con lo que me parece que no va conmigo. No desde el juicio, sino desde el saber que hay situaciones que no quiero en mí vida.
No confío en todos. No me sale. Siempre hay relatividad en ese espacio. Confiar es algo que podré superar en otro momento.
Me siento capaz de ayudar a muchas personas. Y eso ha marcado mí vida para siempre, y por eso estudio lo que estudio.
Amo desde mí espacio. Con pasión, con cariño, con cuidado. Con compañía y presencia. Con disposición y habilitación. Y amo a pocas personas de mí vida. Los dedos de las manos me sobran.
Soy independiente. Y es mí valor principal. Llevar las riendas de mí vida, es algo que adoro. Viva en Saavedra o debajo de un puente. Poder decidir por mí misma es algo que conquiste hace años y lo disfruto.
Así es que sueño el viaje de mí vida. Llena de dolores que un día serán felicidades. Llena de baches, que un día serán paz.
No me niego a mí misma… Me niego a dejar de vivir la vida sin emociones.
No me falta paz, me falta superar algunos temas y eso me hace sentir viva.
No me falta confianza, solo necesito poder sentirla con libertad.
Lo que me falta es tierra fértil.

Luciana Palmisciano – 7 de noviembre de 2019.

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