Me puedo morir tranquila

Es maravilloso ver a las personas reaccionar ante la muerte, mientras que unos se auto inspeccionan, evaluando si tienen alguna cuenta pendiente: “Ya viví todo lo que tenía que vivir”, o “¡Me queda tanto por vivir!” otros empiezan a crear un discurso de cómo quieren que sea su muerte: “No quiero funeral”, “Quiero que haya música”.

Creo que estuve en contacto con la muerte tantas veces que me siento una espectadora educada de cada reacción. Hace poco leí la frase “Cada persona florece de una forma diferente, no las compares”

Lo mismo pasa con la muerte, cada persona marchita de una forma diferente. Y capaz podría describir algunos marchitares, pero la idea es que leyendo esto, cada uno pueda pensar en su propio marchitar. Sea que estemos en un espacio de lucha cuerpo a cuerpo con la muerte o sea algo lejano que capaz nunca nos pusimos a pensar.

Morir es una de las pocas seguridades de la vida. ¿Entonces, por qué no morir de la forma más personal posible?

¿Como es morir de una forma creativa? ¿Como sentir el saber que sufrimos una enfermedad terminal que se llama vida? Si para vivir elegimos, para morir, ¿podemos elegir algo? ¿Qué podemos elegir?

Habría infinidad de respuestas, y me quedo con eso. Con mi morir, y con lo que le puedo brindar al ser querido que muera: más que nada, amor, paciencia, abrazos, y todo eso que probablemente necesite… Cada uno crea su propio espacio.

¿Me puedo morir tranquila?

Esta pregunta se me aparece cada vez que piso fuerte en una etapa. Cada vez que hago pie en una nueva construcción de esto que soy. No es lo mismo la Luciana de hace 8 años con esta que soy ahora, más que nada porque me lo propuse y actué en consecuencia.

¿Y la respuesta?

Y si, cada plenitud tiene esta sensación de eternidad orgánica que hace que pueda morirme sintiendo que logré ser quien quería ser. Así que si, me puedo morir tranquila. En mi caso mucho tiene que ver con mis vínculos. Estoy muy orgullosa de ir refinando mi calidad humana, lentamente, pero con consistencia. Hace muy poco que encontré mi borde, y hace muy poquito también encontré calmas que no poseía y eso está inundando cada uno de mis vínculos.

No puedo negar que, ante la plenitud, encuentro nuevos caminos, desafíos y aprenderes. No hay integración absoluta, porque no hay absolutos en mi vida. Y capaz no les sorprenda saber de mí, que la sigo cagando…

Luciana Palmisciano – Marzo 2021.

Leave a comment

Start a Blog at WordPress.com.

Up ↑